¡No abandones las clases!

De pronto miro al teléfono y adivino mensaje de whatsapp, completamente premonitorio: “tenemos que hablar”.

El resto de la película seguramente la conozcais, todos hemos pasado alguna vez por la misma:

  1. No eres tu, soy yo.
  2. Podemos seguir siendo amigos.
  3. Seguro que encuentras a otra persona que sabrá hacer feliz y darte lo que yo no he podido.
  4. Ahora mismo estoy pasando un momento complicado en mi vida.
  5. Ya no siento lo mismo que antes.
  6. Siento que esto se ha estancado, necesito vivir nuevas experiencias.
  7. Hemos caido en la rutina, ya no está la chispa del principio.

Algo se muere en el alma cuando un alumno se va. Es ley de vida, ¡Que le vamos a hacer! Unos tienen que marcharse para que otros lleguen. trata me dice mi madre tratando de consolar mi pena…

El problema es que en la mayoría de las ocasiones no dejas de tener esa sensación de ¡era tan joven. si todavía le quedaba toda una vida por delante! ¡Siempre se van los mejores! ¡Ya podría dejarselas este c*** que siempre llega 30 mins tarde!, ¡Nunca fallaba a sus pagos!

¿Y que puedo hacer yo para evitarlo? Seguramente nada. Por más ideas felices que se me ocurran, por más vueltas que le des…nada es más seguro que todos dejareis algún día las clases. Sí tu también ¡¡Y ahora dí que no!!

Así que asumiendo esto, al menos me queda el pensar si conseguí el objetivo, si esta persona que abandonó las clases verdaderamente ha logrado hacer realidad aquella ilusión de aprender a tocar la guitarra.

La verdad es que en estos más de 5 años que llevo dedicandome a dar clases de guitarra he conocido a cientos personas. Me siento orgulloso de pensar que a mucha de esa gente si conseguí meterle el gusanillo de la música, que logré engancharla a tocar la guitarra… Pero hay taaaaaanta gente que no.

Desde aquí y con  toda humildad he procurado escribir este pequeño artículo con el objetivo de animar a todas aquellas personas que en su dia tuvieron la ilusión de aprender a tocar y han dejado el instrumento por el camino.

No pretendo ni dar lecciones ni tampoco considero que sea la persona más adecuada para ponerme como ejemplo de nada. Como cualquiera de vosotros yo también tengo un montón de proyectos fallidos. Por ejemplo de francés se contar hasta 4 y con dificultad.

Sin embargo, creo si está en mi mano el tratar de ayudar con mi pequeña experiencia y trabajo a no terminar de dejar de lado el tema de la guitarra. Porque considero que si un día decidiste aprender a tocarla, será porque en el fondo tienes ese alma de rockstar, esa ilusión de hacer aporrear y que suenen como el culo tus temas favoritos a todo volumen en tu habitación… Y me gustaría poder ayudarte.

Aquí van una serie de consejos que quizá puedan ayudarte pues a volver a agarrar ese trozo de plástico llamado pua y volver a intentar hacer sonar Wonderwall y que el tema de la guitarra no quede en un simple postureo para hacerte una foto y ponertela en el whatsapp.

Lista de errores clásicos por los que abandonamos la guitarra:

  • No tengo tiempo.

Se trata del más clásico error que cometemos todos cuando acotemos una nueva actividad y la abandonamos al poco de haberla iniciado. Sinceramente para aprender tocar la guitarra no se necesitan una gran cantidad de horas al día. Es mucho más importante tener una gran cantidad de días por delante… Si piensas que vas a aprender a tocar la guitarra en un mes, trata de informarte de donde tienes el cash converters más cercano y aprovecha los 30 euros que te den para comprarte alguna temporada de juego de tronos ¡Que para eso si que hay tiempo, eh!

Ahora en serio, todos tenemos tiempo. Seguramente la cuestión sea en tener paciencia, en plantearnos objetivos a más largo plazo o más corto plazo en establecer una serie de rutinas… porque ahí es donde reside la clave de todo. En la rutina.

Mi experiencia me ha dicho que la persona que logra sacar ¡15 minutos! al día en tocar la guitarra es aquella persona que finalmente logra aprender a manejarla con soltura. Porque no es necesario más tiempo… es necesaria esa constancia. Y verás como un día en vez de 15 minutos puedes estar 30… de la misma manera que el día que no consigas sacarle ese rato la echarás de menos.

Mi compromiso: A partir de hoy mismo voy a iniciar una sección que se llame: tocando la guitarra mientras se hierven unos macarrones: aprende a tocar la guitarra con 15′ al día.

El objetivo será poner todos los días ejercicios muy cortos para que cualquier que quiera pueda dedicarle ese corto espacio de tiempo y mejorar su técnica y pasar un buen rato.

  • No valgo para esto. Creo que soy muy torpe.

¡Por supuesto que eres torpe! Pero como no lo vas a ser si llevas 5 clases. Nunca trates de compararte con nadie, planteate tus propios objetivos a corto plazo y sobretodo estudia tu evolución teniendo en cuenta tu punto de partida y tus limitaciones de tiempo para practicar.

La guitarra es un instrumento que cualquier persona puede lograr dominar, pero para ello requiere una de técnica que tan solo se adquiere con el paso del tiempo y la práctica. Sigue intentándolo, no dejes las clases y cuestión de un par de meses volvemos a ver donde estabas y donde estás ahora.

Mi compromiso: Vamos a intentar juntos a partir de la próxima clase trazar un plan. ¿Donde estoy hoy? ¿Donde quiero llegar? ¿Que puedo hacer para conseguirlo? Vamos a plantearnos metas y objetivos reales y a programar un “plan de trabajo” para lograrlo. Este plan lo revisaremos a los 2 meses y veremos si hemos sido capaces o no de cumplirlo y los motivos.

  • Noto que no avanzo.

Seguramente esa sensación la hemos tenido todos alguna vez. Al principio cuando todo resulta novedoso es muy fácil engancharse.. pero lo dificil es mantener esa ilusión con el paso del tiempo y las semanas. Cuando algo se vuelve rutina…. También es posible que necesites dar un paso más en tu aprendizaje y aprender algo de teoría musical o técnicas más complejas… la guitarra es un instumento interminable, seguro que aun te queda mucho por avanzar. Es cosa de plantear un itinerario.

Mi compromiso: salgamos de la monotonía. ¿Que te gustaría hacer? Planteemos actividades diferentes. Tocar la guitarra no es solo aprender a hacer un punteo de un canción o tocar 4 acordes. También está el juntarse con otras personas en banda, compartir un rato de vida, componer tus propios temas, grabarlos, aprender a producir, dar conciertos, llevarte a las groupies al camerino y que…  bueno, hasta aquí me embalo. Vamos a intentar salir de lo siempre, vamos a hacer cosas diferentes. La música son muchas más cosas y tenemos todas por hacer y descubrir. ¿Te has apuntado para el concierto de Junio, por ejemplo!?

  • Me viene mal ir a clase.

Sinceramente, mi experiencia me ha dicho que cuando una persona abandona las clases, sobretodo si son los primeros meses de aprendizaje está sellando el principio del fin de su progresión con la guitarra. Es completamente respetable y todos hemos iniciado un día las clases y un día las abandonamos, pero con ello también dejamos de tener esa pequeña “obligación” o exigencia que nos hacía cada semana tener que tocar la guitarra, aunque fuese un rato.

Tengas mucho nivel o tengas menos, si un día decidiste venir a clases es porque entendías que te faltaba algo… y seguramente ese algo dejes de tenerlo el día en que las dejes.

Permitete una hora o dos a la semana de venir a clase, seguramente el hacerlo en los momentos de mayor estrés te va a ayudar en primer lugar a relajarte y en segundo lugar a conseguir esa continuidad tan necesaria para lograr tus objetivos. Recuerda: rutina, rutina, rutina…

Mi compromiso: siempre he intentado ser lo más flexible posible con mis horarios. Doy clases de lunes a domingos por la mañana y por la tarde. Además de hacer descuentos por clases, etc. No dejes la oportunidad de venir, yo haré lo posible e imposible por adaptarme a tí.

 

Seguro que hay muchos más motivos por los cuales una persona deja de venir a las clases, seguro que no todo tiene que ponerse del lado “del haber” de los alumnos. Yo también tengo muchas cosas que mejorar y por eso mi compromiso final es este:

Mi compromiso: Escríbeme, cuentame que es lo que más y lo que menos te gusta de las clases. Hazme saber de que manera puedo mejorar y hacer que te sientas más motivado/a. No olvides que yo vivo de esto, y que mi principal objetivo siempre va a ser hacerte cada día más feliz y que disfrutes más de las clases… ¡para sacarte más pasta!

Un abrazo y a darle duro.